dc.description.abstract | El mundo de hoy es un mundo globalizado. Sus características, descriptas y estudiadas durante largo
tiempo, forman hoy parte de nuestra realidad cotidiana. Entendida como la “tendencia de los mercados y
de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”
1, la globalización es un proceso del que ya formamos parte, y a esto se debe que toda organización
deba hoy responder a las demandas de un mercado que probablemente exceda los límites del país en
que reside.
La rapidez con que operan estos mercados y las sencillas e inmediatas formas de acceso a la información,
permiten que hoy en día el público frente al cual toda empresa se encuentra expuesta, y al cual debe
responder y prestar especial atención, se encuentre conformado por individuos pertenecientes a las más
diversas culturas; por otro lado, esta facilidad de acceso origina un creciente grado de especialización,
el cual requiere cada vez mayor necesidad de comunicación adecuada al objetivo.
“La globalización significa el aumento de la vincularidad, la expansión y profundización de las distintas
relaciones sociales, económicas y políticas, la creciente interdependencia de todas las sociedades entre
sí, promovida por el aumento de los flujos económicos, financieros y comunicacionales”2.
Las Relaciones Públicas son una “función característica de dirección que ayuda a establecer y mantener
unas líneas de mutua comunicación, aceptación y cooperación, entre una organización y sus públicos”3.
Dentro del amplio mapa de públicos que se encuentran interrelacionados con toda organización, independientemente
del tamaño de ésta última, los inversores son un grupo altamente sensible, que debe
ser tratado con el mayor de los cuidados, ya que del desenvolvimiento de la empresa dependerá en gran
parte la inversión, así como de la inversión dependerá la capacidad de desarrollo de la compañía.
No necesariamente un grupo inversionista debe residir en el mismo lugar físico en que lo hace la empresa
en la que ha invertido. De hecho, es muy probable que se encuentre no sólo en otro país, sino en
otro continente, requiriendo la misma información y con la misma frecuencia y rapidez que un inversionista
local. Es por eso que las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), como Internet y las telecomunicaciones,
juegan un papel fundamental al momento de comunicarse con este público tan particular.
Hace algún tiempo, tuve la oportunidad de trabajar en el área de Comunicación Institucional y con
Inversores, para una empresa internacional que opera en nuestro país en el rubro de Minería e Hidrocarburos.
Lo cierto es que la Comunicación con Inversores no sólo no estaba regulada ni seguía una
estrategia específica, sino que era más bien nula. Ante la consulta, por parte de algún inversor, del estado
de la compañía en general, la respuesta en la mayoría de los casos era: “No te preocupes, no hace falta
responderlo, sólo pregunta porque no sabe qué hacer con su tiempo libre”.
Trabajar en esta área me dio la posibilidad de ver no sólo lo subestimada que está, sobre todo al tratarse
de compañías pequeñas, la labor de un Relacionista Público, sino también el hecho de que existen
aún hoy compañías que restan importancia a la comunicación con sus propios inversores. Sea o no éste
un caso que represente al mercado en general, la realidad demuestra que esto existe en nuestro país,
y puede hasta ser algo usual; y el simple hecho de que se dé en una de ellas, implica que es necesario
tomar cartas sobre el asunto.
Otro de los puntos que pude observar gracias a mi trabajo, es que en su gran mayoría, la Comunicación
Financiera está a cargo de especialistas del área financiera, abogados, o economistas, pero no ha
sido desarrollada ampliamente por las Relaciones Públicas. Esto puede verse tanto en la bibliografía a
la cual tuve acceso a lo largo de la elaboración de este trabajo, como en la práctica, al indagar respecto
de casos concretos dentro del área. La hipótesis que promueve esta investigación es la de que la implementación de nuevas tecnologías
facilita y otorga diversas ventajas a la Comunicación con Inversores.
Los objetivos generales del presente trabajo final de carrera serán, entonces:
Definir las características comunes o habituales del público “inversionista”, así como los métodos
y herramientas actuales de comunicación que se implementan para llegar a ellos. Es interesante ver y
entender cómo, con el paso del tiempo, las fórmulas van cambiando y un programa de comunicación
que ayer incentivaba el intercambio de información a través de encuentros cara a cara, ante la realidad
de hoy debe verse inevitablemente complementado por métodos en los que prevalece un intercambio de
información más bien remoto, mediante el uso de herramientas como el e-mail, Newsletters electrónicos,
TeleConferencias, entre otros.
También se incluirá un breve desarrollo y análisis sobre algunos de los casos ganadores de los
Premios Eikon, otorgados por la Revista Imagen, dentro de la categoría número diez: “Comunicación Financiera
o con Inversores”. Esto intentará ejemplificar la forma en que se desarrollan en la práctica ciertas
actividades dentro de la Comunicación Financiera, dado que no he podido encontrar hasta el momento
un modelo de estrategia o plan de comunicación específico para inversores.
Como aporte personal y objetivo específico, se propondrá el diseño de un Programa de Comunicación
con Inversionistas, orientado a la incorporación de nuevas tecnologías de comunicación como
principal pilar, no sólo del mantenimiento de una buena relación con inversores actuales, sino también
pensado para el acercamiento a nuevos y potenciales inversores. | es_ES |