dc.description.abstract | Entrados en el Siglo XXI siguen existiendo proyectos autoritarios de
las más variadas ideologías, inclusive avanzando sobre las instituciones
democráticas fundamentales: parlamentos casi paralizados, búsqueda
de fallos judiciales basados en la presión, concentración del poder en
pocas manos, manipulación perversa de los recursos públicos para captar
voluntades, etcétera.
Por otro lado, frecuentemente, la brecha entre el electorado y los
representantes se ahonda generándose mayor desentendimiento ciuda-dano, inclusive bajando el interés por participar en los periódicos actos
electorales.
La verdad como valor, pareciera, que ha perdido relevancia, sobre
todo cuando apreciamos la mentira como una constante inclusive para
justificar lo a toda vista como lo contrario. A veces, es reemplazada por
anodinos artilugios que todo lo explican pero nada dicen. El triunfalismo
como herramienta constante y el descrédito de todos los que piensan
distinto es un camino que, sin duda, sigue cosechando adeptos; para
algunos, pareciera que la historia exitosa solamente comienza con los
que circunstancialmente gobiernan. También es necesario subrayarlo, es
constante el empleo de los recursos públicos para intentar perpetuarse
en el poder, incluso utilizando los bienes de todos para fines privados. | es_ES |