dc.description.abstract | La situación económica actual, y para ser más exacto, desde los últimos meses hasta estos días, ha
demostrado la gran dificultad de obtener el éxito en los negocios. La crisis ya llegó a todos los ámbitos y la
cadena de pagos está peligrosamente interrumpida. Como corolario de esta realidad, se acercarán a los
tribunales cientos de causas sobre ejecuciones de toda naturaleza, y muchas de ellas llegarán al remate de
los bienes de los deudores.
Este fin de un negocio particular, está lejos de ser una solución, porque los deudores están viendo como
su patrimonio se les escapa de las manos por valores muy inferiores a los reales, o peor aún, llegando a una
ejecución colectiva, donde una persona sin mala voluntad quedó en cesación de pagos. Estas soluciones
que se avecinan están lejos de ayudar de alguna manera a nuestro país, y peor aún: nos alejarán más de la
justicia de lo que ya veníamos acostumbrados.
Un método más práctico de llevar a cabo un negocio se hace necesario. Un mecanismo que permita más
fácilmente para garantizar una obligación, y que asegure al deudor que se respetarán sus derechos. Una
forma de propiedad distinta, que no pueda ser atacada por la pluralidad de acreedores. Una forma de liquidar
sin tener que acudir a los tribunales. Es el fideicomiso. | en_US |