dc.description.abstract | La diplomacia existe desde que el hombre se organizó en grupos sociales y
los mismos trabaron relaciones entre si. Sin embargo, sólo en la Edad Moderna,
con la consolidación de los Estados nacionales en Europa, es que surgen
las condiciones institucionales y políticas, como también las tecnológicas,
para el desarrollo de la diplomacia moderna. La crisis del modelo estatal
de Westfalia, como consecuencia del proceso de globalización que vivimos,
es el hecho de mayor impacto sobre la actividad diplomática, debido al
vínculo esencial entre Estado y diplomacia como institución creada por
aquél para servirle. Se ha producido una desconcentración del ejercicio de la
política externa de los Estados en el seno de los propios gobiernos. La proliferación
de nuevos interlocutores dentro y fuera del aparato estatal y una serie
de cambios tecnológicos propios de la era de la información, han replanteado
las funciones clásicas y están llevando a la búsqueda de un nuevo lugar
para ellos, en el que cuenten con ventajas sobre los demás, gracias a su
formación. Por su formación general, así como por su responsabilidad directa con el interés de toda la Nación y no de sectores en particular, se encue ntran
en una posición privilegiada para asumir el papel de coordinadores de
las distintas áreas en que se divide la acción externa de los Estados. | es_ES |