| dc.description.abstract | La expansión creciente de la matrícula y un nivel de gasto público que no la acompaña delinean un
panorama complejo y desafiante para la gestión de la educación superior. En el plano internacional, la
ampliación de la demanda de educación superior desde los años sesenta es el reflejo del aumento de la
productividad de la economía y de la mayor inversión en capital humano, especialmente en el nivel secundario y entre las mujeres. Esta tendencia positiva para el crecimiento económico y el desarrollo social presenta empero problemas en términos de su financiamiento. En primer lugar, el gasto público en educación
superior compite con otras partidas sociales también en expansión, centralmente los gastos en salud y
seguridad social y, en los países en desarrollo, otros niveles educativos aún rezagados. En segundo lugar,
la educación superior padece de la “enfermedad de los costos” o cost disease (Baumol 1967), lo cual
explica el aumento creciente de los costos unitarios para sostener la misma calidad de producto. Al igual
que en el resto de los sectores de servicios, la productividad en las universidades no aumenta al mismo
ritmo que lo hace el sector industrial de la economía. | es_ES |